USDT, USDC, BUSD, UST, FRAX, MIM, TUSD, USDP, USDN, FEI, XAUT… y más de 79 cryptos distintas son, según Coingecko, categorizadas como stablecoins. Con una capitalización de mercado de ~$190.000M, ¿qué son?
Las stablecoins, como su nombres indica, son criptoactivos que están diseñados para minimizar la volatilidad que caracteriza a las criptomonedas, vinculando su valor a un activo más estable. Su valor se asocia a monedas fiat nacionales como el dólar estadounidense, el euro, la libra o incluso, el oro. El beneficio principal de estos activos es el poder tomar provecho de la tecnología blockchain y las transferencias P2P sin estar expuestos a la volatilidad de activos como BTC, ETH, u otros. Hay diversos tipos de stablecoins y con cada uno de ellos aparecen implementaciones, liquidez, riesgos y aceptación distintos. Veamos las distintas clases que existen:
El colateral de estas stablecoins es la moneda fiat física que se intenta representar en la blockchain, es decir, se tienen reservas en custodios (bancos…) por el mismo valor de las criptomonedas emitidas. Estas reservas son auditadas frecuentemente para un correcto cumplimiento de la regulación. Ejemplos son USDT y USDC, las más utilizadas, y tienen siempre el valor de 1 dólar estadounidense. Existen aun así ciertas dudas sobre cómo de respaldados están los USDT, puedes leer más sobre ello aquí.
El colateral es principalmente otras criptomonedas. Dado que el valor del activo que respalda la stablecoin es altamente volátil, suelen estar ‘sobrerespaldadas’, es decir, se utilizan un mayor número de tokens para respaldar un menor número de stablecoins.
Por ejemplo, $2.000 en Ethereum se pueden utilizar como reservas para emitir $1.000 en stablecoins, lo que da un margen del 50% al colateral para las posibles variaciones de precio de ETH. Esta clase de activos requieren auditorías y monitorización con mucha más frecuencia. Una conocida es DAI, la stablecoin del protocolo MakerDAO, que tiene también valor de 1 USD y está respaldada por ETH además de USDC (es decir, utiliza otra stablecoin como respaldo).
Claramente, estas no tienen ningún tipo de reserva que respalde el activo, pero incluyen un mecanismo, como el que utilizan los bancos centrales, para mantener el precio estable de la moneda. La más conocida, es UST (TerraUSD), la stablecoin del ecosistema Terra ($LUNA), que utiliza un mecanismo de quema y emisión de $LUNA para mantener la estabilidad del valor, que se corresponde también con 1 USD (puedes leer más sobre este mecanismo aquí). Esta clase de stablecoins pueden sufrir además el riesgo de que el algoritmo sea defectuoso y perder en algún punto esa estabilidad respecto al valor representado.
Aunque para la comunidad crypto este tipo de monedas no deberían ser consideradas criptomonedas, pues no representan la identidad y su propósito: la descentralización. Además que en la práctica se comportan como los balances digitales en los bancos actuales.
Las CBDCs serían simplemente activos digitales representando la moneda fiduciaria de un país y serían emitidos por el banco central de dicha economía, un concepto similar a los euros representados por 1s y 0s en los libros de nuestros bancos.
Ventajas planteadas por las CBDCs son la eliminación de riesgo de falta de liquidez de la empresa privada que emite el tipo de stablecoins anteriores, promueven la inclusión financiera y reducirían los costes de envíos internacionales de dinero. También podrían tener algunas desventajas pues suponen, junto a la transparencia ofrecida por la tecnología blockchain, otra herramienta de los gobiernos para el control y supervisión de los ciudadanos, además de perder el anonimato del efectivo.